La historia se mancha. Sí, así de directo, así de doloroso. Increíble, pero real, River es un equipo de B Nacional. No en lo institucional, no por sus 110 años de historia, en los que ganó de todo, en los que se consolidó como el más ganador de torneos locales, sino por los resultados de las últimas tres temporadas. En el Monumental, ese mítico estadio, sede de tantos festejos, que vio jugar a Alonso, a Francescoli, a Ortega, Aimar, D’Alessandro, Crespo, Aimar, a varios grandes, se fue de Primera por primera vez en su historia. Con Passarella de presidente, se fue a la B.
Parecía que con el gol tempranero de Pavone la historia se iba a resolver, que iba a dar vuelta el 0-2 contra Belgrano del miércoles. Estuvo cerca, se perdió otro gol el 9. Incluso le hicieron un penal grosero a Caruso en ese primer tiempo, pero Pezzotta no lo vio aunque estaba cerca. Belgrano, que pudo haberse quedado con 10 por exceso de juego brusco (especialmente Lollo), aguantó como pudo. Y en el segundo tiempo Belgrano se tiró atrás contra un River que iba e iba, que empujaba y merodeaba el gol, pero que se regalaba atrás. Y después de que el Picante Pereyra se perdiera el 1-1, el empate llegó unos minutos después, tras un blooper defensivo que Farré no perdonó.
Tan torcido anduvo River en el torneo que Pavone, increíblemente suplente en la ida, tuvo la chance del 2-1 en un penalcito que había cobrado Pezzotta: lo atajó Olave, sin dar rebote. Juan José López metió a Villalva, a Bordagaray, que hace cuánto que no jugaban, pero el destino no se pudo cambiar. Ardía el Monumental, de aliento y de nervios. Almeyda, suspendido, sufría desde afuera, con ganas de llorar como cualquier hincha de River, mientras la tribuna celeste festejaba y esperaba el final con gusto a hazaña. Se paró el partido y lloraban los jugadores, ya conscientes del momento.
River en la B Nacional, por primera vez en su historia. Increíble pero real. ¿Qué pasaba si Pezzotta marcaba el penal a Caruso en el primer tiermpo? De eso se hablará mucho, claro. También de que por estas últimas tres temporadas, River bajó por primera vez en su historia. Y en medio de la alegría de Belgrano, la tristeza fue monumental. "Soy de River, soy de River", bramó la gente, tratando de descargar la bronca. Una bronca que no tiene final.